Hcae ya casi un año que no he publicado nada y que tenido en total abandono este espacio....
vamos a ponerle cosas nuevas
domingo, 21 de diciembre de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
LA IMPORTANCIA DE COMER MAGNESIO
Ana María Lajusticia, química especialista en magnesio.
Víctor-M. Amela. Ima Sanchís. Lluís Amiguet.
Tengo 89 años. Nací en Bilbao y vivo en Barcelona. Soy licenciada en Ciencias Químicas. He tenido seis hijos. Soy apolítica. Dejé de ser religiosa porque los curas predicaban que la enfermedad era un castigo. El chocolate negro puro es el alimento natural con más magnesio.
«El magnesio curó mi artrosis y es clave para la salud».
Investigación vital.
Alegre, vital, chispeante, inteligente, locuaz: Ana María Lajusticia, la profeta del magnesio, inspira confianza de tan despierta y lozana que la veo a su edad. Su formación como química (de joven trabajó en la extracción de espato-flúor en las minas de Osor) le ha permitido desentrañar los secretos de la bioquímica del magnesio. Y con su historia personal ilustra los efectos benéficos del magnesio en la salud humana (consulta@anamarialajusticia.es). Desde que publicó en 1977 La alimentación equilibrada en la vida moderna, Lajusticia no ha dejado de indagar y divulgar: Dietas a la carta; La artrosis y su solución; El magnesio, clave para la salud... Voy a probar, a ver...
-Casi 90 años ¡y qué joven!-
-Estoy mucho mejor que hace treinta años, la verdad.-
-¿Qué le pasaba antes?-
-Tenía artrosis, degeneración de los tejidos cartilaginosos. Me dolían todas las articulaciones, sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la coronilla. ¡Llevaba corsé!-
-¿Corsé?-
-Un corsé de varillas para sostener tiesa la columna vertebral, para no derrumbarme por el dolor de espalda.-
-¿Cuánto tiempo llevó ese corsé?-
-Desde los 31 años hasta los 52 años.-
-Eso son..., ¡veinte años largos!-
-Sí, muchacho, sí. Estaba condenada a llevarlo el resto de mis días, decían mis médicos.-
-¿Y qué pasó?-
-Me dieron cortisona y desarrollé una diabetes. ¡Me asusté! Tenía 43 años, fue un mazazo. Decidí tomar las riendas de mi alimentación, porque comía muy incorrectamente.-
-¿Qué comía hasta entonces?-
-Demasiados hidratos de carbono (pan, galletas, pasta, arroz) y pocas proteínas, no comía ni carnes ni pescado.-
-¿Y cómo rectificó?-
-Desayuné una naranja y un huevo frito con jamón de york: vitamina C y proteína...-
-¿Y mejoró?-
-Comía bien, pescado, carne... y tomaba magnesio. ¡Y eso me curó! A los dos años me quité el corsé. Tuve esguinces en la espalda por falta de musculatura, pero ¡estaba curada!-
-¿Por qué apostó por el magnesio?-
-Soy química, investigué... ¡y entendí!-
-¿Qué entendió?-
-Que la degeneración de mis cartílagos se debía a falta de colágeno. Es que el organismo necesita tres elementos para formar colágeno: proteína, vitamina C... ¡y magnesio!-
-¿Y no aporta magnesio la comida?-
-Así era cuando abonábamos cultivos con heces. Pero los abonos sintéticos carecen de magnesio: no está en la cadena alimentaria.-
-¿Cuánto magnesio necesito?-
-Unos 3 gramos cada día, por vía oral: tomando suplementos de magnesio. ¡Son baratísimos! Se venden en cualquier farmacia.-
-¿Esto revierte las artrosis?-
-Los cartílagos pueden regenerarse: ¡lo he vivido! Tras dos años de tomar magnesio, mis articulaciones se recuperaron. Y hoy mis analíticas son perfectas: ¡ni colesterol!-
-¿Qué le puso en la pista del magnesio?-
-Durante la Primera Guerra Mundial, unos médicos franceses observaron que los heridos que mejor se recuperaban ¡eran los que pasaban por balnearios magnesianos!-
-La falta de magnesio ¿cómo se nota?-
-Tendrás dolor articular. Calambres. Contracturas. Taquicardias. Vértigos. Espasmos en párpados. Espasmos en esófago, estómago o intestino. Hormigueo en torno a la boca. Hipo. Sensación de bola en la garganta. Darás patadas estando dormido, como si cayeras... Verás lucecitas con los ojos cerrados. Y te levantarás muy cansado.-
-Alguna vez he vivido algún síntoma...-
-Ante dos de estos síntomas, toma magnesio.-
-¿Dónde hay más magnesio al natural?-
-En la semilla de cacao. El chocolate negro, puro, lleva casi 500 miligramos en cien gramos. Muy por detrás, en soja y almendras.-
-Si tomo cada día chocolate negro o el magnesio equivalente, ¿crearé colágeno?-
-Sí, ¡y el colágeno es muy, muy importante!: es el 40% de la proteína de tu cuerpo.-
-Fundamental para...-
-Esqueleto, tendones, cartílagos.-
-¿El esqueleto? ¿No necesitaba calcio?-
-El colágeno es la base: sin él, el calcio mineraliza el hueso... y se quiebra. El colágeno aporta flexibilidad. ¡Es una barbaridad recetar mucho calcio a las menopáusicas!-
-¿Seguro?-
-Tanto calcio se deposita en la luz de las arterias y las cierra: ¡arteriosclerosis! Y los huesos se vuelven muy quebradizos. ¡Es fatal!-
-¿A tomar magnesio, pues?-
-En cada comida, un gramo, porque si tomas una dosis más alta de magnesio, no podrá absorberse, y se eliminará por la orina.-
-¿Qué efecto central tiene el magnesio?-
-Relaja la musculatura. ¡Por eso los corredores etíopes son excelsos! El suelo está fertilizado por cenizas piroclásticas de magnesio, que pasa a las plantas y a los alimentos que comen. Pese a tener menos capacidad pulmonar que otros corredores, ¡rinden más!-
-¿Qué otros beneficios me reportará tomar magnesio?-
-Dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos...-
-¿Combate taquicardias e infartos?-
-Sí: el magnesio refuerza el músculo cardiaco, favorece su trabajo. Ah, y también frena la inflamación prostática.-
-¡La panacea, vamos!-
-También favorece la formación de neurotransmisores: ¡tu coco funcionará mejor!-
-¿Por qué no se conoce más todo esto?-
-Que le responda Burton Altura, máximo experto mundial en el magnesio: «La magnesoterapia es demasiado barata, no reporta beneficios a la industria farmacéutica».-
Víctor-M. Amela. Ima Sanchís. Lluís Amiguet.
Tengo 89 años. Nací en Bilbao y vivo en Barcelona. Soy licenciada en Ciencias Químicas. He tenido seis hijos. Soy apolítica. Dejé de ser religiosa porque los curas predicaban que la enfermedad era un castigo. El chocolate negro puro es el alimento natural con más magnesio.
«El magnesio curó mi artrosis y es clave para la salud».
Investigación vital.
Alegre, vital, chispeante, inteligente, locuaz: Ana María Lajusticia, la profeta del magnesio, inspira confianza de tan despierta y lozana que la veo a su edad. Su formación como química (de joven trabajó en la extracción de espato-flúor en las minas de Osor) le ha permitido desentrañar los secretos de la bioquímica del magnesio. Y con su historia personal ilustra los efectos benéficos del magnesio en la salud humana (consulta@anamarialajusticia.es). Desde que publicó en 1977 La alimentación equilibrada en la vida moderna, Lajusticia no ha dejado de indagar y divulgar: Dietas a la carta; La artrosis y su solución; El magnesio, clave para la salud... Voy a probar, a ver...
-Casi 90 años ¡y qué joven!-
-Estoy mucho mejor que hace treinta años, la verdad.-
-¿Qué le pasaba antes?-
-Tenía artrosis, degeneración de los tejidos cartilaginosos. Me dolían todas las articulaciones, sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la coronilla. ¡Llevaba corsé!-
-¿Corsé?-
-Un corsé de varillas para sostener tiesa la columna vertebral, para no derrumbarme por el dolor de espalda.-
-¿Cuánto tiempo llevó ese corsé?-
-Desde los 31 años hasta los 52 años.-
-Eso son..., ¡veinte años largos!-
-Sí, muchacho, sí. Estaba condenada a llevarlo el resto de mis días, decían mis médicos.-
-¿Y qué pasó?-
-Me dieron cortisona y desarrollé una diabetes. ¡Me asusté! Tenía 43 años, fue un mazazo. Decidí tomar las riendas de mi alimentación, porque comía muy incorrectamente.-
-¿Qué comía hasta entonces?-
-Demasiados hidratos de carbono (pan, galletas, pasta, arroz) y pocas proteínas, no comía ni carnes ni pescado.-
-¿Y cómo rectificó?-
-Desayuné una naranja y un huevo frito con jamón de york: vitamina C y proteína...-
-¿Y mejoró?-
-Comía bien, pescado, carne... y tomaba magnesio. ¡Y eso me curó! A los dos años me quité el corsé. Tuve esguinces en la espalda por falta de musculatura, pero ¡estaba curada!-
-¿Por qué apostó por el magnesio?-
-Soy química, investigué... ¡y entendí!-
-¿Qué entendió?-
-Que la degeneración de mis cartílagos se debía a falta de colágeno. Es que el organismo necesita tres elementos para formar colágeno: proteína, vitamina C... ¡y magnesio!-
-¿Y no aporta magnesio la comida?-
-Así era cuando abonábamos cultivos con heces. Pero los abonos sintéticos carecen de magnesio: no está en la cadena alimentaria.-
-¿Cuánto magnesio necesito?-
-Unos 3 gramos cada día, por vía oral: tomando suplementos de magnesio. ¡Son baratísimos! Se venden en cualquier farmacia.-
-¿Esto revierte las artrosis?-
-Los cartílagos pueden regenerarse: ¡lo he vivido! Tras dos años de tomar magnesio, mis articulaciones se recuperaron. Y hoy mis analíticas son perfectas: ¡ni colesterol!-
-¿Qué le puso en la pista del magnesio?-
-Durante la Primera Guerra Mundial, unos médicos franceses observaron que los heridos que mejor se recuperaban ¡eran los que pasaban por balnearios magnesianos!-
-La falta de magnesio ¿cómo se nota?-
-Tendrás dolor articular. Calambres. Contracturas. Taquicardias. Vértigos. Espasmos en párpados. Espasmos en esófago, estómago o intestino. Hormigueo en torno a la boca. Hipo. Sensación de bola en la garganta. Darás patadas estando dormido, como si cayeras... Verás lucecitas con los ojos cerrados. Y te levantarás muy cansado.-
-Alguna vez he vivido algún síntoma...-
-Ante dos de estos síntomas, toma magnesio.-
-¿Dónde hay más magnesio al natural?-
-En la semilla de cacao. El chocolate negro, puro, lleva casi 500 miligramos en cien gramos. Muy por detrás, en soja y almendras.-
-Si tomo cada día chocolate negro o el magnesio equivalente, ¿crearé colágeno?-
-Sí, ¡y el colágeno es muy, muy importante!: es el 40% de la proteína de tu cuerpo.-
-Fundamental para...-
-Esqueleto, tendones, cartílagos.-
-¿El esqueleto? ¿No necesitaba calcio?-
-El colágeno es la base: sin él, el calcio mineraliza el hueso... y se quiebra. El colágeno aporta flexibilidad. ¡Es una barbaridad recetar mucho calcio a las menopáusicas!-
-¿Seguro?-
-Tanto calcio se deposita en la luz de las arterias y las cierra: ¡arteriosclerosis! Y los huesos se vuelven muy quebradizos. ¡Es fatal!-
-¿A tomar magnesio, pues?-
-En cada comida, un gramo, porque si tomas una dosis más alta de magnesio, no podrá absorberse, y se eliminará por la orina.-
-¿Qué efecto central tiene el magnesio?-
-Relaja la musculatura. ¡Por eso los corredores etíopes son excelsos! El suelo está fertilizado por cenizas piroclásticas de magnesio, que pasa a las plantas y a los alimentos que comen. Pese a tener menos capacidad pulmonar que otros corredores, ¡rinden más!-
-¿Qué otros beneficios me reportará tomar magnesio?-
-Dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos...-
-¿Combate taquicardias e infartos?-
-Sí: el magnesio refuerza el músculo cardiaco, favorece su trabajo. Ah, y también frena la inflamación prostática.-
-¡La panacea, vamos!-
-También favorece la formación de neurotransmisores: ¡tu coco funcionará mejor!-
-¿Por qué no se conoce más todo esto?-
-Que le responda Burton Altura, máximo experto mundial en el magnesio: «La magnesoterapia es demasiado barata, no reporta beneficios a la industria farmacéutica».-
Concepto revaluado sobre Colesterol
Un cirujano reconocido mundialmente expone la verdadera causa de las enfermedades coronarias
Nosotros, los médicos, con toda nuestra formación, los conocimientos y la autoridad que uno va adquiriendo, tendemos a aumentar nuestro ego y difícilmente admitimos que nos hemos equivocado. Y sin embargo, tengo que confesar que me he equivocado. Como cirujano del corazón, con 25 años de experiencia, con más de 5000 cirugías realizadas de corazón abierto, hoy ha llegado el momento de reparar el daño mediante los hechos médicos y científicos.He estado formando durante muchos años a otros médicos, de esos a los que luego se etiqueta como "formadores de opinión".
Asediados por la literatura científica, asistiendo de forma continua a seminarios, los creadores de opinión han insistido en que las enfermedades coronarias son el resultado del simple hecho de tener unos niveles de colesterol muy elevados en sangre. La única terapia aceptada ha sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se reducían las enfermedades coronarias.
Cualquier desviación de estas recomendaciones se consideraba una herejía y daba lugar a la realización de malas prácticas médicas. ¡Pero no está funcionado! Estas recomendaciones no son ni científicamente ni moralmente defendibles. El descubrimiento hace unos años de que es la inflamación en la pared arterial la causa real de la enfermedad cardíaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas. Las recomendaciones dietéticas establecidas desde hace mucho tiempo han provocado epidemias de obesidad y de diabetes, consecuencias que empequeñecen cualquier otra plaga histórica en términos de mortalidad, sufrimiento humano y de graves consecuencias económicas.
A pesar de que el 25% de la población toma costosos medicamentos a base de estatinas, y a pesar del hecho de que hemos reducido la cantidad de grasa presente en nuestra dieta, cada vez mueren más personas por enfermedades que afectan al corazón. Las estadísticas de la American Heart Association indican que 75 millones de estadounidenses sufren enfermedades cardíacas, que 20 millones padecen diabetes y 57 millones pre-diabetes. Estos trastornos afectan cada vez a personas más jóvenes, en mayor número cada año. En pocas palabras, sin la inflamación corporal no es posible que se acumule el colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos y se causen de este modo enfermedades cardíacas y apoplejías. Sin inflamación, el colesterol se mueve libremente por todo el cuerpo; es la inflamación lo que hace que el colesterol quede atrapado. La inflamación no es un proceso complejo, se trata simplemente de una reacción natural del cuerpo ante invasores extraños, tales como bacterias, toxinas o virus. El ciclo inflamatorio es una forma de proteger al cuerpo ante invasores bacterianos y virales. Sin embargo, si se expone de forma crónica a nuestro organismo a toxinas o alimentos que el cuerpo humano no está preparado para procesar, se produce entonces una inflamación crónica. La inflamación crónica es tan dañina como beneficiosa una inflamación aguda.
¿Qué persona sensata se expondría de forma intencionada en repetidas ocasiones a alimentos u otras sustancias que sabe le causan daño corporal? Bueno, quizás los fumadores, pero al menos se trata de una decisión voluntaria. El resto nos limitamos a seguir la dieta recomendada, baja en grasas y alta en grasas poliinsaturadas y carbohidratos, sin saber que estamos causando repetidas agresiones a nuestros vasos sanguíneos. Esta agresión repetida produce una inflamación crónica que conduce a la enfermedad cardíaca, a los accidentes cerebro vasculares, a la diabetes y la obesidad.
Permítanme que se lo repita: la lesión e inflamación de nuestros vasos sanguíneos está causada por una dieta baja en grasas, algo recomendado durante años por la medicina convencional. ¿Cuáles son los mayores culpables de la inflamación crónica? En pocas palabras, la sobrecarga de hidratos de carbono simples y alimentos muy procesados (azúcar, harina y todos los productos derivados) y un exceso de consumo de aceites vegetales con omega-6, tales como aceites de soja, maíz y girasol, que se encuentran presentes en muchos alimentos procesados.
Visualice lo siguiente: un cepillo duro que repetidamente se frota sobre la piel hasta que ésta enrojece y sangra, esto durante varias veces al día, así diariamente durante 5 años. Si se tolerase este cepillado, se produciría sangrado, hinchazón de la zona afectada, que cada vez sería peor a medida que repite la agresión. Esta es una buena forma de visualizar el proceso inflamatorio, y es lo que podría estar pasando en su cuerpo ahora mismo. Independiente de dónde se produzca el proceso inflamatorio, bien interna o externamente, es lo mismo. He observado el interior de miles y miles de arterias. Una arteria enferma se ve como si alguien hubiese cogido un cepillo y lo hubiese frotado varias veces contra las paredes. Varias veces al día, todos los días, los alimentos que comemos producen pequeñas lesiones, sobre las que se producen otras, de modo que es la causa de que nuestro cuerpo responda de forma continua con inflamación.
A pesar de que resulta tentador saborear los dulces, nuestros cuerpos responden de forma alarmante, como si un invasor extraño nos declarase la guerra. Los alimentos están cargados de azúcar, carbohidratos simples, o procesados con omega-6, uno de los pilares de la dieta norteamericana durante varias décadas. Estos alimentos nos envenenan lentamente a todos. ¿Cómo un simple dulce produce una cascada de inflamaciones que hace que el cuerpo enferme?Imagínese que rocía el teclado con miel; esto es una representación visual de lo que ocurre dentro de la célula. Cuando consumimos hidratos de carbono simples, tales como el azúcar, los niveles de azúcar en la sangre se elevan rápidamente. Como respuesta, el páncreas segrega insulina, cuya misión principal es que el azúcar llegue a todas las células donde se almacena la energía. Pero si la célula está llena, si no necesita más glucosa, se rechaza el exceso para evitar una disfunción de los procesos que se llevan a cabo en su interior.Cuando las células rechazan el exceso de glucosa, se elevan los niveles de azúcar en sangre, aumentando la producción de insulina, y se almacena en forma de grasa.
¿Qué tiene que ver todo esto con la inflamación? La cantidad de azúcar en sangre se controla entre unos valores máximos y mínimos muy estrechos. Las moléculas de azúcar se unen a una amplia variedad de proteínas, que lesionan las paredes de los vasos sanguíneos. Esta lesión repetida de las paredes de los vasos sanguíneos desencadena la inflamación. Cuando sube el nivel de azúcar en sangre varias veces al día, todos los días, es como frotar con papel de lija el delicado interior de los vasos sanguíneos.Si bien no puede observarlo, puede estar seguro de que ocurre así.
Lo he visto en más de 5000 pacientes sometidos a cirugía durante los 25 años que llevo ejerciendo. Todos ellos tenían un denominador común: la inflamación de las arterias.Volvamos al asunto de los dulces. Bajo su inocente aspecto, no sólo contienen azúcar, sino que también estás elaborados con ácidos grasos omega-6, tales como los provenientes de la soja. Las patatas fritas se fríen con aceite de soja, muchos alimentos procesados se fabrican con ácidos grasos omega-6, para que así tengan más larga duración. Mientras que las grasas omega-6 son esenciales al formar parte de la membrana celular, y así controlar lo que entra y sale de la célula, deben estar en un equilibrio adecuado con los omega-3.Si este equilibrio se rompe por el consumo excesivo de ácidos grasos omega-6, la membrana de la célula produce unas sustancias químicas denominadas citoquinas, que causan directamente inflamación.
Hoy en día, la dieta suele producir un desequilibrio muy grande entre estos dos tipos de ácidos grasos. La relación de desequilibrio puede estar en torno de 15:1, o incluso de 30:1 en favor de los ácidos grasos omega-6. Esto produce una enorme cantidad de citoquinas que causan la inflamación. Lo ideal sería una proporción de 3:1 para que fuese saludable. Para empeorar aún más las cosas, el sobrepeso produce una sobrecarga de células grasas que vierten grandes cantidades de productos químicos pro-inflamatorios, lo que se suma a las lesiones causadas por los altos niveles de azúcar en sangre. El proceso que comenzó consumiendo productos dulces se convierte en un círculo vicioso que con el tiempo genera una enfermedad cardíaca, elevada presión arterial, diabetes, y por último, Alzheimer, si el proceso inflamatorio no disminuye.
No se puede olvidar el hecho de que cuanto más se consumen alimentos procesados, más se dispara la inflamación, un poco cada día. El cuerpo humano no puede procesar, ni fue diseñado para consumir, los alimentos envasados con azúcar y preparados con ácidos grasos omega-6. No hay otra solución para disminuir la inflamación que consumir los alimentos lo más cercano posible a su estado natural. Para reconstruir un músculo, se deben consumir más proteínas. Para energìa elija carbohidratos complejos, tales como los presentes en frutas, verduras y granos integrales. Reduzca o elimine el consumo de los ácidos grasos omega-6, tales como el aceite de maíz y soja, y los alimentos procesados que se han elaborado con estos aceites. Una cucharada de aceite de maíz contiene 7,280 mg de ácidos grasos omega-6; la soja 6,949 mg. En su lugar, utilice aceite de oliva o mantequilla, procedente de animales alimentados con pasto. Las grasas animales contienen menos del 20% de omega-6 y son mucho menos propensas a producir inflamación que los aceites poliinsaturados, de los que se dicen que son supuestamente saludables. No es cierto que las grasas saturadas produzcan enfermedades cardíacas.
Tampoco aumentan en exceso los niveles de colesterol en la sangre. Ahora sabemos que el colesterol no es la causa de la enfermedad cardíaca, así que la preocupación por las grasas saturadas resulta absurda hoy en día.La teoría del colesterol llevó a recomendar alimentos sin grasa, con pocas calorías, lo que trajo consigo el consumo de otros alimentos que han causado esta epidemia de inflamaciones.
La medicina convencional cometió un tremendo error cuando aconsejó a la gente que evitara las grasas saturadas en favor de los alimentos ricos en ácidos grasos omega-6. Ahora tenemos una epidemia de inflamación de las arterias, que conduce a enfermedad cardíaca y otras muertes silenciosas. Lo que usted puede hacer es consumir alimentos integrales, de los que su abuela sabía, y no esta moda de consumir tantos alimentos procesados. Eliminando los alimentos que producen inflamación y añadiendo los nutrientes esenciales presentes en los alimentos frescos no elaborados, se revertirían los daños en las arterias y en todo su cuerpo. * El Dr. Dwight Lundell es jefe del Servicio de Cirugía Coronaria en el hospital Banner Heart Hospital , Mesa , AZ. Recientemente dejó la cirugía para centrarse en el tratamiento nutricional de las enfermedades cardíacas. Es el fundador de Healthy Humans Foundation, que promueve la salud humana mediante un enfoque que ayude a las Corporaciones a promover la salud. Es también autor de "The Cure for Heart Disease" and "The Great Cholesterol Lie.
EL AGUA, LOS CALAMBRES NOCTURNOS, PREVENCIÓN DE INFARTOS. ESTAS RECOMENDACIONES NO SON PRECISAMENTE DE LAS "ABUELITAS", SON DE PROFESIONALES DE LA SALUD.
WATER AND YOU!
El agua y la noche... Cuántas personas conocen que dicen que no quieren tomar nada antes de acostarse, porque entonces tendrán la molestia de levantarse durante la noche para ir al baño.
Cuando le pregunté al cardiólogo el por qué la gente necesita orinar tanto de noche, la respuesta fue:
La Gravedad mantiene agua en la parte inferior del cuerpo cuando uno está parado. (Las piernas se hinchan). Al acostarte, la parte inferior del cuerpo (piernas, etc.) quedan al mismo nivel que los riñones, en ese momento es cuando los riñones solicitan sacar el agua procesada (sucia), porque es más fácil. Por ello todos necesitamos una cantidad mínima de agua para limpiar las toxinas del cuerpo. Momento correcto para tomar agua.
Muy importante, de acuerdo a los Cardiólogos. El tomar agua en ciertos momentos maximiza su efectividad en el cuerpo:
Dos vasos de agua al levantarse, ayudan a activar los órganos internos.
Un vaso de agua 30 minutos antes de cada comida, ayuda a la digestión.
Un vaso de agua antes de bañarse, ayuda a reducir la presión sanguínea.
Un vaso de agua antes de acostarse, evita los infartos y los derrames cerebrales.
Los médicos han informado que el agua antes de acostarse también ayudará a prevenir los calambres de piernas nocturnos. Los músculos de las piernas están buscando hidratarse cuando te dan esos calambres de pantorrilla y/o muslos.
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